Un paisaje singular

La Montaña de Alinyà está situada en la vertiente meridional de los Pirineos. Esta cordillera se formaron durante orogénesis alpina. En el largo de más de 50 millones de años los esfuerzos tectónicos fueron levantando esta cordillera, plegando y amontonando grandes unidades rocosas. La Montaña de Alinyà se encuentra en una zona, geológicamente hablando, muy compleja. Encontramos materiales mesozoicos por encima de materiales eocenos (Terciario), mucho más modernos y todas estas unidades solapando encima del materiales oligocenos (Terciario) de la cuenca del Ebro. Estas unidades tectónicas configuran un paisaje singular formado por altos relieves surcados por profundos valles.

Tanto las rocas mesozoicas como las eoceno, son predominantemente calizas con intercalaciones de niveles margosos y arcillosos. Los niveles arcillosos sirven como desenganche de las unidades cabalgantes. Ambos tipos de roca presentan una notable riqueza fosilífera. Cabe destacar que la próxima zona de Coll de Nargó, las rocas mesozoicas contienen importantes restos fósiles de dinosaurios.

El predominio de materiales calcáreos propicia la infiltración del agua en el subsuelo, dando lugar a dolinas, cuevas y gralleres o Bòfies (nombre local de las simas). Por otra parte, cabe mencionar la presencia de de actividades mineras, como es el caso de las mineralizaciones de bauxita (tipo de aluminio), la mina Juanita de lignito (actualmente restaurada), una de arcillas y dos de gravas.

La compleja estructura de la zona, con cambios continuos de materiales, nos ofrece un paisaje muy variado, con fuertes contrastes entre zonas planas donde se encuentran materiales muy blandos que permiten el desarrollo de vegetación y relieves abruptos, principalmente calcáreos, con acantilados y poco recubrimiento vegetal.