Geologia

El Coll de Can Maçana se encuentra en el reborde sur de la cuenca del Ebro, en las proximidades de la cordillera Prelitoral. Esta cuenca se fue llenando de sedimentos durante el Terciario, al tiempo que la orogénesis alpina iba levantando los Pirineos, al norte, y la cordillera Prelitoral, al sur y sureste. Esta cuenca estaba ocupada por el mar, pero en sus rebordes se depositaban sedimentos arrastrados por ríos que provenían de los relieves que se estaban formando. Montserrat era el centro de un abanico aluvial donde se depositaban centenares de metros de materiales groseros, que posteriormente nos han dado a los conglomerados de Montserrat. Estos sedimentos groseros pasan hacia el centro de la cuenca a sedimentos finos (arcillas, margas y capas de areniscas).

La montaña de Montserrat no está formada por la tectónica sino por la erosión diferencial entre rocas duras (conglomerados) y rocas más blandas (arcillas y areniscas). Su forma característica es el resultado de la acción del agua, sobre los conglomerados, que se infiltra a través de una red espesa de diaclasas (fracturas) que agrieta las rocas montserratinas.

En el coll de Can Maçana, las rocas aflorantes son arcillas y capas de areniscas y conglomerados que provienen del centro del abanico aluvial de Montserrat. Si nos desplazamos hacia el centro del macizo (Serrat de la Portella o región de Agujas), cada vez encontraremos más conglomerados macizos con sus formas características de agujas y canales. El camino que lleva hacia el Coll de la Portella y Refugio Vicenç Barbé, nos permitirá disfrutar y observar estas rocas adentrados en unos relieves que contrastan con las zonas más planas que nos rodean.

Toda la Montaña de Montserrat está considerada Espacio de Interés Geológico (geozona 224) por el Departamento de Medio Ambiente y Vivienda.

Espacio incluido en el geoparque de Catalunya Central.

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